lunes, 23 de diciembre de 2013

Replicando a la Dra. Martínez Ten, destacada defensora de los controles de calidad prenatales que deciden la posibilidad, o no, de ejercer el derecho a vivir que asiste a todo ser humano por el simple hecho de serlo.


Para los que llevamos algún tiempo reclamando al Gobierno del Partido Popular la reforma prometida de la ley del aborto, nos suena el nombre de la Dra. Martínez Ten. En noviembre del año pasado promovió un manifiesto junto a la también Dra. Begoña Adiego, (Clínica Delta),  y que llegaron a firmar 700 médicos oponiéndose a la entonces previsible limitación del aborto eugenésico por anomalías fetales que se sustanciaría en la reforma que anunciaba el Ministro de Justicia.
Ahora que el anteproyecto se ha puesto sobre la mesa y se ha aprobado en el último Consejo de Ministros, volvemos a verla en la prensa. En el diario elpais.com publicaba anteayer (21/12/2013) una entrevista guiada por María R. Sahuquillo  que titulaba en palabras de la propia Dra. Martínez Ten  “Se desprotegen situaciones extremadamente complicadas ” refiriéndose a que la nueva ley del aborto se promete restrictiva respecto supuesto eugenésico.
Las respuestas dadas en la entrevista están, desde mi punto de vista, carentes del más mínimo argumento científico que avale seguir defendiendo la eliminación (muerte) de “pacientes” a los que se les diagnostica alguna anomalía, cuando se demuestre que tal anomalía pudiera derivar en una ulterior situación de vida “extremadamente complicada ” para él o para sus padres, pero siempre y cuando tal diagnóstico ocurra antes de nacer.
Seguidamente “replicaré” a las respuestas de la Dra. Martínez desde la postura de quien cree que no todo vale  para equilibrar los números de ninguna “cuenta de resultados”.
Reproduzco la entrevista y resaltado en rojo mis réplicas a sus respuestas. El juicio y veredicto final se lo dejo al lector.

Pregunta. ¿Qué patologías podrían quedar fuera?
Respuesta. Aquellas extremadamente graves e incurables que se diagnostican por encima de la semana 22 de gestación. Muchas malformaciones cardiacas, esqueléticas, metabólicas. Patologías muy serias con un pronóstico de vida limitadísimo.

Ante esta respuesta cabe preguntar... ¿Quiere decir que si se permitiera el aborto mejoraría algo el “pronóstico de vida limitadísimo ”? A mí me parece, que el aborto agravaría (en terminología médica) el pronóstico de vida desde limitadísimo a infausto.

P. ¿Qué supone esto para las mujeres en tal situación?
R. En España se registran menos de 3.000 abortos al año por malformaciones fetales graves, y menos de 400 de ellos son de anomalías extremadamente graves o incompatibles con la vida. Estamos hablando de situaciones muy dramáticas, complicadas, de embarazos muy deseados que desprotege. No se puede obligar a las familias a asumir esta situación que les va a generar un sufrimiento inmenso a los padres y también al hijo que esperan. Si llegan a nacer serán niños que pasen por tratamientos largos, que estén meses o incluso años en cuidados intensivos; muchas veces para acabar muriendo. Van a llevar una vida de bastante sufrimiento.

Habla la Dra. Martínez Ten de “embarazos muy deseados  que desprotege ” y , también, que “les va a generar un sufrimiento inmenso a los padres y también al hijo que esperan ”  ¿Podría explicarme, de alguna manera, en cuanto mejorará la protección  de esos “embarazos muy deseados ” permitir el aborto? 
¿Cómo evaluar la “calidad y cantidad” de sufrimiento que les ahorrará permitir el aborto?  a unos padres que, según afirma, “esperan al hijo ”  y les ofrece tirarlo a la basura  en vez de enterrarlo debidamente  (si muere), negándoles la posibilidad de procesar adecuadamente el “duelo” por la pérdida;  respecto al “hijo esperado ” sobra que me responda porque efectivamente, tras abortarlo, ya no sufrirá más porque estará muerto, la lástima es que no dice que no le da opción a sufrir (más) tras consentir que sea torturado hasta su muerte.

P. Las mujeres podrán alegar daño para su salud mental y ocultar la anomalía.
R. Solo con un límite temporal... Lo cierto es que estamos hablando de un sistema muy hipócrita. Sin olvidar que ocultar la patología fetal puede derivar en que esa familia no siga las pautas de diagnóstico prenatal recomendadas, que marcan ciertas pruebas al feto tras la interrupción del embarazo para determinar las causas de la anomalía y evitar que esta se produzca en embarazos futuros.

Quisiera recordarle a la Dra. que nadie trata de ocultar patología fetal alguna, pretender atribuirnos tal intención sí que podría tildarse de hipócrita, sobre todo porque está pretendiendo “vendernos” que el diagnóstico prenatal (no entraré a valorar la incidencia en la cuenta de resultados de la Clínica en la que trabaja) busca beneficio alguno para el “sujeto” de tal diagnóstico. 
¿Cuándo olvidó la Dra. Martínez Ten lo que aprendimos en la facultad?  Yo se lo voy a recordar, «que la finalidad de todo diagnóstico no puede, ni debe, ser otra que una actuación en beneficio del paciente (el feto, en este caso) afecto».
Las  pautas de diagnóstico prenatal recomendadas ” ¿Qué finalidad tienen? ¿En que se beneficia el feto de un diagnóstico precoz de su posible anomalía?

P. Usted y otros médicos se reunieron con responsables del Ministerio de Justicia para hablar sobre este tema. ¿Se ha tenido en cuenta algo de lo debatido?
R. Nosotros pedimos una cita con Justicia para entregar el manifiesto y explicar las razones para no eliminar el supuesto de aborto por anomalía fetal. Pero nada de esto se ha tenido en cuenta. Siguen hablando de “discapacidad del no nacido” y no de anomalía. Yo creo que la discapacidad empieza tras el nacimiento, con la interacción en el medio. No se puede hablar de un no nacido discapacitado.

Cuando la vida de un ser humano está en juego y el sufrimiento de una madre está reclamando ayuda a la ciencia y a la sociedad, resolver un “debate” en términos de “si son galgos o podencos” es cuanto menos una vileza.
Ni el Ministro debe agarrarse al término de “discapacitados” para lograr una salida que no pise demasiados “callos”; ni los defensores de que se aborten los fetos afectos de alteraciones cromosómicas pueden justificar prácticas eugenésicas (de infausto recuerdo en la historia reciente) alegando que “no se puede hablar de un no nacido discapacitado ”

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